Pueblo leonés
Como se comentó en el capítulo anterior, encontramos en Pola de Somiedo un pueblo muy pintoresco, con una oferta hotelera y gastronómica bastante completa. El entorno natural es espectacular y las posibilidades turísticas infinitas. Nos quedamos con ganas de quedarnos un día más, para conocer mejor la zona y visitar los lagos de La Cueva y Cerveriz, entre otros.
Pasamos la noche en el hotel rural "Castillo de Alba". Nos gustó la habitación moderna y funcional. En ella podían dormir hasta 4 personas (dos camas y una litera); opción interesante para los que viajan con niños. La única pega la encontramos en la bañera ubicada en el exterior del aseo. Cosas del modernismo, a veces difíciles de entender para un español.
Hotel
Domingo 5 de julio de 2.009.
Por la mañana, después de desayunar, entendimos que el viaje llegaba a su fin así que sin perder tiempo iniciamos el regreso. El día, lluvioso y frío, se presentaba más triste que un entierro de tercera. Deshicimos nuestros pasos hasta Piedrafita de Babia y allí retomamos la CL-623, camino de León. El valle, de gran belleza, discurre entre macizos de 2.000 m de altura. Seguimos el río Luna hasta el embalse de los Barrios de Luna.
Embalse de los Barrios de Luna
En el embalse destaca el puente colgante Ingeniero Carlos Fernández Casado que comunica el Principado con la meseta castellana. La carretera circunvala el lago y da acceso a un campig y a zonas de recreo, hasta llegar a la presa. Aquí comienza el descenso hacia la ciudad de León, junto al caudaloso río Órbigo. Todo este trayecto lo hicimos lloviendo pero sin incidencias que destacar.
En León (P.K 110) dejó de llover, sin embargo comenzó a a soplar un viento muy fuerte que ya no nos abandonaría en todo el día. Tomamos la N-601 a Valladolid (P.K 238). Después de varios días viajando entre bosques, ríos, montañas, en la soledad más absoluta; este paisaje llano, monótono, árido y con un tráfico bastande denso, nos resultó extremadamente aburrido.
Sobre las 16.00 h llegamos a Ávila (P.K 365), la capital de provincia más alta de España (1.131 m.s.n.m). Acertamos a la primera en encontrar alojamiento. El hotel "Las Murallas" se ubica en un edificio del Siglo XV y lo encontramos junto a la "Puerta de San Vicente". La muralla medieval, de estilo románico (Siglos XI-XIV), rodea en su totalidad la ciudad vieja. Está muy bien conservada y es el monumento iluminado más grande del mundo.
Puerta de San Vicente. Ávila.
Murallas de Ávila
A nivel culinario, como no habíamos tomado nada durante el trayecto, nos resarcimos a conciencia. La merienda-cena contó, entre otros manjares, con Chicharrones, Chuletón de Ávila y dos raciones de judiones del Barco.
Lunes 6 de julio de 2.009.
Desayuno.
Abandonamos Ávila a primera hora de la mañana. Este día nos lo quisimos tomar de asueto. Para ello elegimos un lugar de descanso adecuado: El Valle del Jerte.
Recorrimos 120 Km siguiendo la N-110. La temperatura, bastante baja, nos obligó a tomar ropa de abrigo. Pasamos las poblaciones de Piedrahita y El barco de Ávila. Ascendimos los puertos de Villatoro (1.380 m) y de Tornavacas (1.277 m). Tras este último comienza la bajada, junto al río Jerte, con unas vistas espectaculares sobre el valle que lleva su nombre, conocido a nivel nacional por sus cerezas.
Reservamos hotel en Cabezuela del Valle. Salimos a conocer el lugar. Nos quedamos con ganas de visitar el Monasterio de Yuste lugar de residencia, en sus últimos años de vida, del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, pero ese día nos dijeron que estaba cerrado.
A lo largo del cauce del río se han construido pequeñas presas, que forman unas piscinas naturales de agua fresca y transparente que invitan al baño. Junto a una de ellas, en un chiringuito, pasamos buena parte de la tarde.
Piscinas
"Los Pilones"
Cerveza helada.
Martes 7 de julio de 2.009.
Tras recorrer los últimos 410 Km llegamos a Sevilla. Después de tomar una cerveza bien fría, me despedí de mi hermano José Manuel. Serían las 17.00 h cuando llegué a Jerez de la Frontera. Dejaba atrás, en total, 2.200 Km inolvidables.
Pasamos la noche en el hotel rural "Castillo de Alba". Nos gustó la habitación moderna y funcional. En ella podían dormir hasta 4 personas (dos camas y una litera); opción interesante para los que viajan con niños. La única pega la encontramos en la bañera ubicada en el exterior del aseo. Cosas del modernismo, a veces difíciles de entender para un español.
Hotel
Domingo 5 de julio de 2.009.
Por la mañana, después de desayunar, entendimos que el viaje llegaba a su fin así que sin perder tiempo iniciamos el regreso. El día, lluvioso y frío, se presentaba más triste que un entierro de tercera. Deshicimos nuestros pasos hasta Piedrafita de Babia y allí retomamos la CL-623, camino de León. El valle, de gran belleza, discurre entre macizos de 2.000 m de altura. Seguimos el río Luna hasta el embalse de los Barrios de Luna.
Embalse de los Barrios de Luna
En el embalse destaca el puente colgante Ingeniero Carlos Fernández Casado que comunica el Principado con la meseta castellana. La carretera circunvala el lago y da acceso a un campig y a zonas de recreo, hasta llegar a la presa. Aquí comienza el descenso hacia la ciudad de León, junto al caudaloso río Órbigo. Todo este trayecto lo hicimos lloviendo pero sin incidencias que destacar.
En León (P.K 110) dejó de llover, sin embargo comenzó a a soplar un viento muy fuerte que ya no nos abandonaría en todo el día. Tomamos la N-601 a Valladolid (P.K 238). Después de varios días viajando entre bosques, ríos, montañas, en la soledad más absoluta; este paisaje llano, monótono, árido y con un tráfico bastande denso, nos resultó extremadamente aburrido.
Sobre las 16.00 h llegamos a Ávila (P.K 365), la capital de provincia más alta de España (1.131 m.s.n.m). Acertamos a la primera en encontrar alojamiento. El hotel "Las Murallas" se ubica en un edificio del Siglo XV y lo encontramos junto a la "Puerta de San Vicente". La muralla medieval, de estilo románico (Siglos XI-XIV), rodea en su totalidad la ciudad vieja. Está muy bien conservada y es el monumento iluminado más grande del mundo.
Puerta de San Vicente. Ávila.
Murallas de Ávila
A nivel culinario, como no habíamos tomado nada durante el trayecto, nos resarcimos a conciencia. La merienda-cena contó, entre otros manjares, con Chicharrones, Chuletón de Ávila y dos raciones de judiones del Barco.
Lunes 6 de julio de 2.009.
Desayuno.
Abandonamos Ávila a primera hora de la mañana. Este día nos lo quisimos tomar de asueto. Para ello elegimos un lugar de descanso adecuado: El Valle del Jerte.
Recorrimos 120 Km siguiendo la N-110. La temperatura, bastante baja, nos obligó a tomar ropa de abrigo. Pasamos las poblaciones de Piedrahita y El barco de Ávila. Ascendimos los puertos de Villatoro (1.380 m) y de Tornavacas (1.277 m). Tras este último comienza la bajada, junto al río Jerte, con unas vistas espectaculares sobre el valle que lleva su nombre, conocido a nivel nacional por sus cerezas.
Reservamos hotel en Cabezuela del Valle. Salimos a conocer el lugar. Nos quedamos con ganas de visitar el Monasterio de Yuste lugar de residencia, en sus últimos años de vida, del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, pero ese día nos dijeron que estaba cerrado.
A lo largo del cauce del río se han construido pequeñas presas, que forman unas piscinas naturales de agua fresca y transparente que invitan al baño. Junto a una de ellas, en un chiringuito, pasamos buena parte de la tarde.
Piscinas
"Los Pilones"
Cerveza helada.
Martes 7 de julio de 2.009.
Tras recorrer los últimos 410 Km llegamos a Sevilla. Después de tomar una cerveza bien fría, me despedí de mi hermano José Manuel. Serían las 17.00 h cuando llegué a Jerez de la Frontera. Dejaba atrás, en total, 2.200 Km inolvidables.
Castillo a pie de carretera. Vía de la Plata.