Corría el mes de julio de 2.010 y aprovechando mi situación provisional de "Rodríguez" decidí quedarme a dormir en el barco los siete días que mi mujer visitaba a su abuela en Galicia. Así todos los días al salir de trabajar me marchaba al barco y compartía lo que restaba de tarde y noche con distintos conocidos del pantalán con los que charlaba y tomaba alguna cerveza. Al día siguiente al toque inmisericorde del despertador abandonaba el barco y regresaba a la oficina.
El viernes recibí la llamada de una amigo que pensaba hacer recalada en Rota, mi puerto base por entonces, camino de Baleares. Patroneaba un precioso catamarán de 44 piés junto a dos compañeros más y tenían previsto tocar los puertos de Sotogrande, Almerimar, Denia y ...Formentera. Tras cenar quedamos a las 5.00 AM para echarles una mano en soltar amarras y despedirnos.
Una vez desapareció el catamarán de mi vista, siendo muy temprano, con la mente despejada y sin pizca de sueño decidí soltar estachas y disfrutar de un día completo de navegación. Hacía tiempo que me apetecía fondear en la desembocadura del Guadalquivir pero como a mi mujer no le seducía demasiado la idea, el proyecto se había ido abandonando una y otra vez.
A la altura de la boya del "Quemado", se produjo el orto en todo su esplendor.
Amanece en la bahía de Cádiz. |
Al fondo la ciudad de Rota |
Para mi sorpresa navegaba a motor sobre un banco de bonitos. Al poco tiempo de disponer el señuelo, había pescado cuatro espécimenes de buen tamaño. Como no había previsto la jornada de pesca, y por consiguiente, no disponía de hielo, decidí tomar tierra en el cercano puerto de Chipiona al que me dirigí tal y como ciabogué la cardinal oeste "Salmedina". Una vez firme en el pantalán de espera, desayuné, reposté gasóleo, compré hielo y regalé los túnidos a un señor, con aspecto de jubilado, que no les quitaba la vista de encima. Tenía tiempo por delante para pescar más, eran las 9.30 h de la mañana.
Al salir de la bocana del puerto de Chipiona me dirigí a la boya de aguas navegables "El Perro", comienzo y final de la barra de Sanlúcar. Desde este punto la visión de la derrota a seguir es similar a la de la pista de aterrizaje de los aviones, una consecución de boyas dispuestas a derechas e izquierdas, que delimitan el canal navegable, siguiendo una línea recta que, por si hay alguna duda, dispone de luces de enfilación a la finalización de la misma. De noche el espectáculo lumínico es espectacular.
Atracado en el pantalán de espera del puerto de Chipiona. |
Montijo, Lagunazo, Cobujón, Alamillo, Galonera sur y norte, Merlín, Gallego, La Jara, Salabar, Espíritu Santo, La Riza, Playa, Puntilla, Bajo de Guía y Malandar. Una a una todas las boyas van quedando atrás. A babor el Parque Nacional de Doñana, a estribor Sanlúcar de Barrameda. En primera línea de ésta localidad, la playa de Bajo de Guía, famosa por las carreras de caballos que pisan sus finas arenas a finales de verano y por sus langostinos. Y por supuesto no podemos olvidar su exquisita Manzanilla, única en el mundo, elaborada mediante proceso de crianza bajo flor, sólo posible gracias al viento dominante del Atlántico, que inunda los grandes ventanales de sus bodegas que se orientan a poniente buscando este efecto.
Finaliza la enfilación en el puerto pesquero de Bonanza. Recientemente se ha remozado la Lonja y todas su instalaciones. Destaca en el conjunto el precioso faro de Bonanza de cuerpo octogonal de mampostería y torre blanca de 18 metros de altura que data de mediados del XIX. Forma parte del balizamiento del río Guadalquivir.
Puerto pesquero de Bonanza. |
A continuación, tras virar 90º a babor, rumbo a la baliza "Fajinado", que se asienta en tierras del parque de Doñana. Visualizamos por nuestro través de babor el "fondeadero de Malandar" que está considerado por los derroteros como un fondeadero muy amplio y seguro.
Filamos cadena sobre las 12.00 h del medio día. El lugar es de lo más agradable. Además pese a la fecha en la que nos encontramos corre una brisa muy fresquita y no hace calor. En este punto, en primera fila para la observación, se aprecia el continuo movimiento de buques y embarcaciones por el río.
Buen sitio para fondear. |
Fondeadero de Malandar. Parque nacional de Doñana. |
A la hora de la comida preparo en la cocina del barco unas salchichas que disfruto en la bañera con una cerveza helada. Como no tengo prisas me doy el lujo de disfrutar en la litera de babor de una siesta reponedora. Es curioso pero el barco es el único lugar en el que me encuentro muy a gusto solo y puedo pasar muchas horas e incluso días en la soledad más absoluta.
Barco turístico "Real Fernando" en su trayecto Doñana- Sanlúcar. |
Unos barcos bajan... |
...y otros suben. |
La salida al mar con la marea subiendo, es decir en contra para mi, la realizo a muy baja velocidad, 3 nudos aproximadamente. Arrecia el viento y la barra está un poco picada, pero el paso por la misma, salvo por los rociones, no tiene grandes dificultades. El problema se produce cuando la vaciante se enfrenta con el viento de W, SW. Entonces el escenario es otro.
Boya nº16 "Puntilla". Al fondo Doñana. Se aprecia la fuerza de la corriente. |
Yate "Falcao". Perteneció a la Familia Real Belga. |
Una vez establecido el rumbo de regreso y navegando a vela con el viento por la popa y el piloto automático dirigiendo la nave, dando alguna que otra guiñada. Me aplico en otros menesteres, la pesca continúa siendo fructífera, y en las siguientes horas embarco tres alistados que amenizarán la cena de los próximos días.
El agua del mar cambia de color. Se puede observar, tras la proa del buque, el faro de Chipiona. |