Hoy hace dos años que abrió sus puertas el concesionario oficial Triumph en Jerez de la Frontera de la mano del madrileño Javier Álvarez.
En aquel momento tuve la suerte de involucrarme en el proyecto y de colaborar estrechamente con él para darle forma a la tienda y al taller de motos. Desde entonces nos reunimos casi todos los viernes por la tarde para charlar de motos y de otras cosas de la vida. Asimismo dos veces al mes salimos de ruta los domingos.
En aquel momento tuve la suerte de involucrarme en el proyecto y de colaborar estrechamente con él para darle forma a la tienda y al taller de motos. Desde entonces nos reunimos casi todos los viernes por la tarde para charlar de motos y de otras cosas de la vida. Asimismo dos veces al mes salimos de ruta los domingos.
Finalmente sucumbí ante la tentación y en el segundo aniversario de la apertura de la tienda adquirí una Triumph. Aunque tenía decidido que mi modelo era la "Scrambler", cosas de la vida, terminé comprando el modelo "América" que nada tiene que ver con la Scrambler y que de hecho se parecen como un huevo a una castaña.
Para mí resultó una experiencia nueva puesto que nunca había conducido una custom de estas características. La verdad que requiere de un periodo de adaptación física (piernas muy adelantadas) y mental puesto que es otro concepto, otra forma de entender y disfrutar la moto. Los nuevos parámetros son ahora: comodidad, tranquilidad y belleza. Con ella el tiempo corre a tu favor y sólo deseas hacer kilómetros disfrutando de su espectacular sonido.
Adjunto algunas fotografías (clicando sobre ellas se pueden ampliar).