martes, 9 de diciembre de 2008

Viaje a Portugal 2.007. Capítulo I


VIERNES DÍA 29 DE JUNIO.


Por fin ha llegado el día, desde el momento en el que decidimos hacer el viaje, hace ahora tres semanas, sueño todos los días con esta fecha. Mi acompañante en esta singladura será mi hermano Josema. En esta primera etapa nos acompañará mi hermano Alejandro, que se ha apuntado a última hora (por eso de navegar de noche por primera vez).


Puerto de salida: Rota

Embarcamos a las 21.30h. El barco está preparado de días anteriores: los depósitos de gasóleo, gas y agua están llenos, el barco está limpio y huele a lejía, bajo los huecos de la litera de babor estibamos las bebidas y la comida y ya sólo se tienen que acomodar los dos nuevos tripulantes, comprar hielo, preparar nevera y partir...


Preparativos

La acomodación a bordo se ha dispuesto de la siguiente manera: Josema dormirá y tendrá todos sus pertrechos en la cabina de proa, Alejandro tiene asignada la litera de babor, y yo dormiré en la conejera de estribor.


El barco debe estar libre de chismes que dificulten o agobien la vida a bordo, todo debe estar en su sitio bien estibado.


Prepararando la travesía

Partimos a las 10.45HRB, ponemos rumbo a la boya del "Quemao". El viento ha caído y la noche está muy agradable con luna llena que nos iluminará hasta Mazagón. Junto a la marejadilla sufrimos algo de mar de leva del sur. Las condiciones son muy buenas para la navegación nocturna, hemos tenido mucha suerte. La velocidad que nos indica el GPS es de 5,5 nudos a unas 2.250 rpm. de motor.


Alcanzamos "el Quemao" a las 11.15HRB, desde aquí rumbo directo a Mazagón, dejamos a estribor los bajos de Salmedina sobre las 12.30HRB. Se aprecian claramente las señales luminosas de los faros de Cádiz y Chipiona, la visibilidad es buena. Pocos minutos después nos cruzamos con el barco de crucero fluvial "Bella de Cadix" que hace rumbo Sevilla- Bahía de Cádiz. A continuación, debemos cambiar el rumbo por dos veces para evitar sendos mercantes que abandonan el Guadalquivir y con los que llevamos rumbo de colisión. Uno de ellos de la Cía. Contenemar; realiza la travesía semanal Sevilla- Canarias.


Faro de Chipiona

Pocas dificultades restan hasta Mazagón, la tripulación se acuesta: Alejandro en su litera y Josema en la bañera, a la intemperie, porque se marea en el interior. Me quedo por tanto "solo" junto al incansable piloto automático. Desaparece la señal del faro de Cádiz, ahora se divisan los faros de Chipiona, Matalascañas y Mazagón. Sobre las 04.00 HRB comienzan a aparecer los primeros trasmallos que no nos abandonarán en toda la costa de Huelva, el mar está minados de ellos y no todos están bien señalizados. La situación es preocupante porque tememos enganchar alguno con la hélice, así que Josema se sitúa en la proa y me dirige en la oscuridad, aún así rozamos algunos que esquivamos en el último momento.



Dique Juan Carlos I

Son las 05.55 HRB y estamos en la boya de recalada del río Odiel, junto al espigón "Juan Carlos I", pronto divisamos en la oscuridad las luces de navegación de nuestro compañero de viaje "Padilla", un bonito Fortuna 9, patroneado por nuestro amigo José Antonio Padilla y su encantadora mujer Isa. Ante nuestra sorpresa y por unos segundos Alejandro abandona su prolongado periodo de letargo para observar la maniobra de aproximación, pero pronto nos abandona de nuevo, parece que el ruido del motor Mitsubishi diesel de tres cilíndros ubicado junto a su litera no le afecta lo más mínimo.


SÁBADO DÍA 30 DE JUNIO.


Inmediatamente ponemos rumbo directo a Isla Cristina (HRB 06.30), con las primeras luces comienza a soplar un viento del suroeste que levanta una pequeña ola muy molesta. Llevamos 8 horas de navegación, aprovechamos para preparar unos bocatas de foiegrás y picar algo, Alejandro resucita parece que tiene hambre.

El barco no tiene nivel de combustible, en definitiva no controlo bien el consumo del mismo. En una decisión equivocada, decido echar gasóleo con la única petaca que llevamos de 5 litros. Los últimos litros de gasóleo se deben reservar para, llegado el caso, disponer de combustible para cubrir las últimas millas de entrada a un puerto o refugio, el resto en caso de ir cortos se realizarán a vela.

Nos quedamos sin combustible a las 09.00 HRB a 7 millas de Isla Cristina, nos han faltado 3 litros para cubrir la travesía. Debe haber algún problema porque en 10 horas de navegación no se ha podido gastar el depósito más los 5 litros de la petaca. Para empeorar las cosas el viento ha caído por completo y la calma es total. Es imposible continuar a vela.

Echamos el ancla, la sonda marca 19 metros de profundidad a unas 6 millas de la costa. Mientras nuestro compañero de viaje marcha en busca de gasóleo, permanecemos fondeados (hasta las 13.00 HRB). Realmente el calor es sofocante, nos bañamos y hacemos uso de nuestros abundantes recursos cerveceros.

Estos son los momentos que se echan de menos en las largas jornadas laborales de invierno, a saber: el mar como un plato, agua transparente, calor, baños interminables, nos sobra el tiempo, no sabemos que hacer, dormitamos, comemos y bebemos, en fin... una gozada.

Como todas las desgracias vienen juntas, recibimos la llamada por la emisora de nuestro compañero de viaje, el cual nos comenta que cuando estaba en la gasolinera ha comenzado a subir la temperatura de su motor. Ha petado la bomba de agua. Buscan un mecánico que les solucione el problema porque no lleva a bordo recambio de la misma. Finalmente soluciona el problema, para entonces ha saltado el viento SW, y alcanzamos a vela las proximidades de Isla Cristina, rellenamos gasóleo con la petaca que nos facilita nuestro amigo y entramos finalmente en el puerto "Marina de Isla Canela" (1500HRB), un pequeño puerto muy coqueto, rodeado de bares, restaurantes, tiendas, etc.

Los problemas no han hecho más que empezar, me he dejado el recibo del seguro en la oficina, y no me autorizan a permanecer en la marina. Llamo por teléfono, a un 902 de Mapfre para que envíen un fax confirmando la vigencia de la póliza, pero se niegan alegando que esas operaciones no están permitidas por teléfono, manda huevos. Los seguros siempre te prometen todo y después en el momento que los necesitas no te dan nada. Llamo a mi Puerto Base (Rota) y facilitan la documentación requerida pero sin el extracto bancario del seguro. Nos vemos en la calle. Finalmente nos conectamos a internet accedemos a la cuenta electrónica e imprimimos el extracto solicitado, ahora sí problema resuelto.


Atracados en Isla Canela

Nos reponemos de tanta mala suerte en el bar "El Chiringuito" donde pese a la hora (17.00 h) amablemente nos preparan un arroz caldoso para chuparse los dedos. Después de comer, mi hermano Alejandro toma un autobús de regreso (la novia no tiene espíritu marinero). Por la noche tomamos unas cervezas en los bares de la zona y después cenamos de lujo en el "Padilla".



Marina Isla Canela

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