domingo, 27 de marzo de 2011

Amor de juventud

Quizás debería decir amor platónico porque nunca llegó a ser correspondido y la cosa quedó en fervorosa ilusión. Todo se deshizo por culpa de mi madre. Ella opinaba que aquella compañía no me convenía en absoluto. Yo acababa de cumplir 18 años y ella era toda una veterana con muchos tiros dados. Al menos eso aparentaba. Tres hombres habían compartido su vida con ella.

Aquella mañana de marzo mis padres me acompañaron. Por fin iban a conocerla. A mi padre le agradó sobremanera y no pudo disimularlo, su mirada cómplice así me lo hizo saber. Pero mi madre comenzó a llorar desconsoladamente después de ojearla de arriba abajo. La cosa pintaba mal. Intenté hacerla entrar en razón pero resultó imposible. "¡No tienes dinero para mantenerla!, ¡te va a arruinar la vida!, ¡estás loco!" gritó. Mi padre intervino a mi favor: "para empezar no está tan mal...",  pero mi madre, fulminándole con la mirada, le dijo: ¡si le pasa alguna desgracia tú serás el culpable!. Contra ese chantaje emocional no había solución. Entendí que estaba todo perdido. Y desgraciadamente estaba en lo cierto. Mi padre me dijo: "lo siento no te puedo ayudar" se dió la vuelta y se fue con mi madre. Yo me quedé allí abatido, solo por última vez junto a aquella preciosidad, antes de que nuestros caminos se separaran para siempre.

Unos 20 años más tarde, cosas de la vida, se cruzó en la vida de mi hermano que sucumbió ante sus encantos. Ayer la ví, quedamos para dar una vuelta. Pese al tiempo transcurrido, disfruta de una belleza imperecedera e inconmensurable. Mi hermano me convenció para que me la llevara a casa y saldara las deudas del pasado con ella. La verdad que disfruté como un enano de toda su experiencia  y buen hacer. Nada que ver con las jovencitas de ahora. Debe ser que el primer amor perdura para toda la vida...

BMW R-45. Tan bonita como siempre.

Foto de familia. BMW R-45 Junto a su "joven" cuñada la BMW K-75.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pese a que era muy pequeño recuerdo perfectamente aquel día. La R-45 no era exactamente como la de la foto ya que estaba "tuneada": aunque este modelo no monta carenado, se le había añadido pareciendose mucho a una R-65 o a una R-100. La moto por su color rojo llamaba la atención entre las demás. Como mi madre no sabe reconocer la belleza de una moto enseguida empezó a hacer burlas muy sonriente indicando que la moto parecía un tomate. Ante la rotunda afirmación de mi padre de que la moto era preciosa a mi madre le desapareció la sonrisita y ante la sorpresa del vendedor (que ya olía la venta) y la verguenza de los que la acompañabamos empezó a llorar y a argumentar lo que ya relata Álvaro. Fué un episodio inolvidable que por lo que veo dejó bastante marcado a Álvarito. Menos mal que ha sido capaz de sacarse esa espinita. Una pena que sea por poco tiempo porque me imagino que otra mujer hará que ese amor siga siendo platónico...

Ale.

Anónimo dijo...

Muy bueno Álvaro. Yo ya me había emocionado por el lado que no era. La moto ahora está para exposición... y no tocarla, años atrás era la leche.

Guerrero