domingo, 15 de febrero de 2009

El vendedor del año

Hablando con un amigo sobre la catastrófica situación económica actual, le exponía como botón la caída en las ventas de vehículos en España. Me comentó una anécdota que me hizo mucha gracia. Con su permiso la relato a continuación.

Su padre, trabajador infatigable, consiguió después de muchos años de esfuerzos y sacrificios crear una pequeña fábrica. En ella se construyen útiles metálicos de calidad que se exportan en gran número a Europa e Hispanoamérica.

El primero en llegar al trabajo y el último en abandonar el tajo, supervisa personalmente todo el proceso productivo para que no falle nada. No sorprende por tanto, que acuda a su trabajo con ropa adecuada al contacto con el metal y la taladrina.

Era diciembre y llevaba algunos días pensando en cambiar de coche. Una mañana se decidió, sin pensarlo dos veces, se personó en el concesionario BMW de su localidad para echar un vistazo.

Uno de los vendedores del concesionario se acercó, sorprendido de ver a un señor que vestía con un mono de trabajo observar la serie más cara de la marca.

Amablemente le acompañó hasta la salida del local al tiempo que le informaba de los precios desorbitados de aquellos fabulosos vehículos, que desde su experimentada opinión, quedaban totalmente fuera de su alcance.

En este punto le pregunté "¿Y qué hizo tu padre?" a lo que me respondió "bueno nada...visitó el concesionario de Maserati, anejo al anterior, y se compró un Maserati modelo Granturismo".



Para los neófitos en la materia comentar que el Maserati Granturismo, entre otras lindezas monta motor Ferrari , rinde 405 CV de potencia, alcanza los 285 Km/h y cuesta la friolera de ¡124.000 euros!.

Desde luego nadie negará que las apariencias engañan. Pero en estos tiempos que corren perder una venta de esta cuantía por una razón así, es cuanto menos y en el mejor de los casos para otorgar al pitoniso el título de "vendedor del año", por su demostrado talento y sexto sentido.

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