jueves, 19 de febrero de 2009

Un día de maniobras

Junto a la casa que mis padres tenían en el campo existía una fábrica de carros de combate perteneciente a "Santa Bárbara Blindados".

La historia de esta empresa se remonta al año 1.540 y está intimamente ligada a la ciudad de Sevilla.

Tras concluir el proceso de fabricación de los "tanques", se realizaban las pertinentes pruebas de campo en terrenos anexos a la fábrica.

Aquel extensísimo campo de maniobras servía también para la instrucción de los reclutas del Regimiento de Infantería "Soria" nº9, el Regimiento de infantería más antiguo del mundo. Este año 2.009 cumplirá su quinto centenario de existencia.

Nuestra historia se remonta al año 1.979. En aquellos días este campo de uso militar carecía de vallado perimetral, por esta razón en la colina más alta, que sobresalía notablemente entre las demás, existía un poste de madera de unos cinco metros de altura en el que los días de maniobras se izaba una bandera roja, quedando desde ese instante terminantemente prohibido el acceso a la zona restringida.

Para nosotros aquello era un espectáculo grandioso. Los carros de combate se desplazaban a gran velocidad levantando espectaculares cortinas de polvo rojo. El sonido de sus motores diésel de gran potencia junto al de las orugas ponían los pelos de punta.

Una de las colinas estaba quebrada, sus entrañas servían de blanco para la prueba de tiro. Aún retumban en mis oídos los cañonazos. El suelo temblaba y la onda expansiva se dejaba notar sensiblemente en los cristales de las casas, a muchos kilómetros de distancia.

Asistía al espectáculo con el convencimiento que de mayor estaría al mando de uno de aquellos colosos mecanizados.

Un día de maniobras nos aventuramos a cruzar, con nuestras bicicletillas, la línea prohibida. Poco antes habíamos contemplado el paso de una columna de soldados.

A los pocos metros encontramos un casco de acero abandonado en el suelo. Al parecer se le había caído a un soldado que no reparó en su pérdida. Cogimos nuestro trofeo y abandonamos el lugar de manera apresurada.

Jugábamos con el casco en el jardín de la casa de unos vecinos cuando sonó la campana de la cancela. Esta se accionaba desde el exterior mediante una cadena. Corrimos prestos a ver quién era. A mi me tocaba el turno de llevar el casco que casi me tapaba los ojos. Grande fue nuestra sorpresa cuando al otro lado de la verja apareció un jeep con cuatro soldados. Aquello me pareció la División Acorazada Brunete. Yo que en aquel momento llevaba el casco pensé que me iban a hacer un consejo de guerra del que saldría condenado a pena de muerte.

Nuestra imprudencia no había pasado inadvertida. Nos llevamos una buena bronca y tuvimos que devolver el casco.

Unos meses después el enorme perímetro del campo de maniobras fue vallado en su totalidad con malla de espinos y con carteles en los que se leía "Prohibido el paso. Zona militar". Nunca sabré si aquella medida de seguridad tenía algo que ver con nuestra travesura.

Sirvan estas líneas como homenaje a los hombres, entre ellos mi hermano Carlos, que sirvieron a España en tan honorable regimiento.

Brindo con el deseo que el regimiento de infantería "Soria" nº9 cumpla 500 años más y continúe así siendo el regimiento de infantería decano. El más antiguo del mundo.

1 comentario:

Manuel Dupé dijo...

Hola Alvaro, efectivamente el 28 de marzo se celebrará en Sevilla el 5º centenario del Soria 9. Todos los que hayan pertenecido a él podrán volver a besar la bandera en este acto.
A mi deberían dejarme desfilar y besar la bandera, pues la jura de Carlos fue el principio de la mili que todavía "disfruto".