lunes, 16 de marzo de 2009

Orense: una desconocida con encanto



Una desconocida con encanto. Así describiría esta bella ciudad fundada por los romanos hace más de 2.000 años con el nombre de Auriense ("La ciudad del oro"), por sus enormes recursos del preciado metal en aquel tiempo.

De esta época heredamos el imponente puente romano que se mantiene en perfecto estado de conservación. Usado por el tráfico rodado hasta no hace muchos años, hoy está habilitado exclusivamente para al paso de peatones. Precisamente gran parte de la importancia de la ciudad a lo largo de la historia tiene como razón de ser su estratégico puente.

Las vistas sobre el río Miño, gran protagonista de la ciudad, son un deleite. A lo largo de su cauce se puede disfrutar del baño en sus piscinas y pozas de acceso gratuito. Sobre todo en las calurosas tardes de verano. Algunos días es fácil alcanzar los 40º, superando las temperaturas más altas del sur de España. En invierno con temperaturas muy bajas también es posible el baño porque algunas pozas son de aguas termales. Las piscinas de "Chavasqueira" y las pozas de "Melón" son ejemplos de lo anteriormente expresado.

Existe un dicho popular que describe de manera certera los monumentos más importantes de la ciudad: "Tres cosas hay en Orense, que no las hay en España, el Santo Cristo, el Puente Romano, y las Burgas hirviendo agua".

Las Burgas no dejarán de sorprender al visitante. Se trata de unos manantiales de aguas termales que brotan a una temperatura de entre 64º y 68º con un caudal de 300 litros por minuto. Estos manantiales fueron declarados Conjunto Histórico- Artístico en el año 1.975.



La Catedral de Orense, dedicada a San Martín, es el principal monumento de la ciudad y uno de los edificios románicos más importantes de España. Su construcción data del siglo XII.

El centro de la ciudad, destaca por la belleza de sus edificaciones, también por el uso predominante de la piedra labrada y el granito.



Sin duda, uno de los mayores alicientes de visitar Orense es la gastronomía. Ir de pinchos por el centro es una gozada. Mis locales favoritos son "El Orejas", "Dos Puertas" y "Porta da Aira" . En "El Orejas" es apropiado degustar una copa de "Mencía", vino tinto de la tierra, acompañado de una buena oreja de cerdo al pimentón. Aunque, reconozco, es difícil resistirse al refrescante ribeiro.

No encontraremos en Galicia mejor lugar para disfrutar del "pulpo a la gallega". En este sentido llama la atención las "pulpeiras" o puestos ambulantes en los que se elabora y expende el sabrosísimo pulpo, todos los domingos del año.



Es impensable despedirse de la provincia sin visitar el monasterio cisterciense de "Oseira", o los 18 monasterios sitos en la "Ribeira Sacra", con especial interés "San Estevo de Ribas de Sil" y "San Pedro de Rocas". Espectaculares las vistas del cañón del río Sil.


Ribeira Sacra. Cañones del Sil.

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