martes, 31 de marzo de 2009

El metepatas

De pequeño era un poco metepatas, al menos eso dice mi madre. No puedo negar que existen numerosos ejemplos que corroboran este extremo. Como muestra un botón.

Recuerdo con claridad cuando mi madre nos llevaba a todos los hermanos al Club Náutico en las calurosas tardes de verano. Mi padre nos acercaba en el coche, del que nos bajábamos los siete hermanos. Corríamos hacia la portería o control de acceso en donde presentábamos los carnés.

Hasta los cuatro años se podía acceder al Club sin ser socio. El verano en el que cumplí los cinco años mi madre me llevó sin presentar el ya obligatorio carné. Con seis años continué accediendo por la cara. Y también con siete. A estas alturas el portero ya me vería muy crecido porque comenzó a preguntarme la edad todos los días. Yo siempre respondía la verdad y esto me costaba un pellizco retorcido de mi madre y un pescozón. Una vez en el interior del Club me llamaba metepatas y me pedía que al día siguiente dijera que tenía cuatro años.

Ahora mirando la fecha de alta de mi carné extraigo la conclusión que hasta los nueve años estuve entrando en el club con mi madre dándome patadas en el culo. Y yo hasta el último día metiendo la pata.

2 comentarios:

cris dijo...

Este caso demuestra científicamente que lo se ser un metepatas le viene de nacimiento (y no se quedó en una simple anécdota infantil).Recuerdo una ocasión, ya bastante crecidito( de echo estaba ya en la facultad de "perritos") en la que me fui con él a "estudiar" a su facultad, si, y eso de "estudiar" resultó ser más bien un eufemismo, pues al poco de llegar a la misma nos encontramos con unos compañeros suyos (creo recordar que eran "el pequeño"y pedro "el cabezón") y acabamos de cerveceo en el bar de enfrente. Tras innumerables rondas (tantas que perdimos la cuenta), entre risas y anecdótas, y en el transcurso de la misma Alvaro iba sufriendo la transformación de sus ojos (que cuando estaba "achispado" asemejaban huevos duros!)tocó el momento más temido:el de pagar la gran roncha! en un momento, en el que como míseros estudiantes nuestro presupuesto era más triste que un entierro de tercera, cual fue nuestra sorpresa cuando el camarero nos dio la cuenta y era una cantidad ínfima para todo lo que habiamos consumido (lógicamente se había equivocado) pero como míseros y pícaros estudiantes nos disponiamos a pagar esa cantidad (entre sonrisas cómplices) cuando de repente una voz de ultratumba resonó de forma sentenciosa, un "IMPOSIBLE" que ya quedaría para la posteridad: el metepatas de Alvaro, en medio de su metarmofosis etílica se encargó de aclararle al camarero que se había equivocado con la cuenta,que eso era Imposible porque habíamos consumido mucho más.En fin, el camarero quedó muy contento con la corección pero al resto del grupo, nos dió gana de que se lo tragara la tierra en ese mismo instante!

Álvaro GM dijo...

Puedo asegurar que sigue siendo un "metepatas". En Cádiz, nos habían pegado un clavo en la cena de mucho cuidado. Se habían olvidado de cobrarnos una botella de Tío Pepe ( aunque desde luego por el precio parecía que nos haían cobrado la olvidada y otra mas ). Llegó el momento de pagar y el "metepatas" dijo: "Creo que se han euivocado, no han cobrado la botella".
Creo que el "metepatas", asi nació y así morirá. ( Puedo dar fe después de los años de noviazgo y de matrimonio )